La
familia es
el primer agente socializador de los hijos. En ocasiones puede ser
beneficioso que sean un agente favorecedor para las dificultades que
pueden tener los niños, pero también perjudican, puesto que
interfieren en los aprendizajes. Muchos padres no saben cual es la
forma adecuada de actuar con sus hijos, por ello tenemos que
brindarles la ayuda que solicitan.
Las familias deben estar implicados en el proceso enseñanza-
aprendizaje de sus hijos y para ello necesitan que les demos
información y formación. La implicación de la familia es uno de
los factores más decisivo en la formación de sus hijos.
Es importante tener una comunicación permanente con el colegio y
llevar a acabo acuerdos en cuanto a normas. Todos debemos navegar en
el mismo barco y con el mismo destino. Los niños con TDAH muchas
veces tienen problemas en cuanto qué deben hacer y qué no y en que
lugar se pueden hacer esas cosas. Tener unas normas comunes tiene un
efecto muy positivo para el niño.
Tenemos una familia estable y que se implica en la formación
correcta del alumno, es un pilar muy importante en su desarrollo. La
familia debe proteger, pero también fomentar la autonomía del niño.
Cuando hablamos de que es importante que se implique la familia, no
solo hablamos de la madre, si no que también el padre debe estar
implicado al máximo en la formación de su hijo; y no sólo los
padres, muchos niños pasan mucho tiempo con familiares. Se debe
formar todos aquellos adultos que participan en la educación del
niño, todos deben tener claro que camino deben tomar.
Es bueno que las familias que tengo niños con TDAH se pongan en
contacto con otras familias, se cuenten su problemas, cómo
solucionarlo... puesto que muchas veces necesitan a alguien que les
escuchen y comprendan lo que se cuenta, ya que se sienten
identificados.
ESTRATEGIAS:
- Aceptar y conocer el trastorno. Para todos los padres puede ser muy complicado, pero lo más difícil esta hecho, porque encontrado el problema, podemos aplicar la solución.
- Reforzar lo positivo y obviar lo negativo. La familia debe ser observadora de sus propias conductas y reflexionar sobre sus consecuencias, para conocer y trabajar sus fortalezas y debilidades.
- Establecer unos límites y normas y las consecuencias de no cumplirlas. Estos niños deben tener claro cuáles son las normas a cumplir, y para ello se tienen que prefijar con antelación mediante consenso. Deben estar en lugar visible siempre.
- La comunicación debe ser asertiva y empática, evitando cualquier tipo de mensaje crítico ante sus fracasos e intentando ponerse en el lugar de los niños.
- Establecer planificaciones diarias. La organización diaria del tiempo y del espacio creando rutinas, será necesario para facilitar la adquisición de hábitos de autonomía en los niños.
- Distinguir persona de conducta. No debemos olvidar que estos niños tienen la autoestima debilitada debido a todos los fracasos que han ido acumulando en su vida, por eso cuando les hagamos una crítica, esta debe ir dirigida a su conducta. Por ejemplo, le diremos: "tu cuarto esta desordenado", en vez de "Eres un desordenado".
- No olvidar que los padres son sus mejores modelos a seguir. Nosotros debemos ser su guía en sus actuaciones día a día.
- Contacto continuo entre familia y colegio. La coordinación y la intervención en ambos ámbitos será la mejor herramienta para paliar las dificultades que se irán encontrando a lo largo de su vida escolar.
- Mejorar su autoestima. Es necesario compensar sus dificultades proporcionando los apoyos necesarios haciendo hincapié en sus potencialidades. Debemos exigirles en función de sus posibilidades.
- Paciencia
y constancia serán
fundamentales para conseguir nuestros objetivos y unas mejores
relaciones familiares.
Información basada en: http://www.fundacioncadah.org/web/articulo/tdah-intervencion-familiar23.html
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